El 19 de febrero la escultora Vanesa Muñoz presenta la exposición ‘Solid Desire’ en la Galeria Antoni Pinyol de Reus.
Poliedros, líneas rectas, curvas, el trabajo que presenta Vanesa Muñoz (Madrid, 1979) es perfectamente abstracto. Desde 2007, se alejó de la figuración para sentar sus bases conceptuales, explorando terrenos como la construcción de la realidad, el problema de la estética en confrontación, el Kunst y el Cannon, la ruptura del límite, la pugna personal para afrontar retos como el dolor, la muerte o la renuncia, la alegría, la pasión y la pérdida de la conciencia de ‘yo’.
Sus ‘Deseos sólidos’ remarcan éste contraste entre la forma y la materia, entre los sueños y los hechos o, en clave más académica, entre imaginación y técnica, una lucha de alternos que ha estado presente en toda la historia del Arte y que nos ha hecho evolucionar, así como estas esculturas parecen desarrollarse por sí solas, tener vida y personalidad propia, y la fuerza suficiente para exteriorizarse y penetrar en nuestros sentidos. Estas tensiones visuales generan las formas y de esta fricción entre texturas orgánicas y artificiales, cálidas y frías, rugosas y pulidas, brotan narrativas que en ocasiones adquieren tintes alquímicos y otras veces entroncan formalmente con la tradición constructivista.
Vanesa Muñoz utiliza los materiales con plena conciencia de sus connotaciones y significados que se encuentran presentes en nuestro inconsciente, el cual, después de formarse durante años, choca con estas esculturas, produciendo nuevas sensaciones que nos descolocan para atraernos ahora con más fuerza.
“Si nuestra primera impresión es sentir la vida emanar de estas formas, ¿cómo nuestra mente adquiere, poco a poco, la certeza inconsciente que la materia está animada? Por el enfrentamiento entre formas y materiales de naturalezas totalmente opuestas, mezclando tratamiento geométrico, frío y afilado, con materiales cálidos que poseen connotaciones altamente emotivas y sensuales. Estas tensiones visuales generan las formas: complejos exoesqueletos de madera y estructuras metálicas afiladas como cuchillos, permitiendo de constatar que
cada escultura es guardián de un tesoro.”
Céline Boukobza